Bienvenido a William Shakespeare hecho al estilo de la Guerra Civil.

La nueva producción de Theatreworks de la clásica tragedia de 1603 “Otelo”, tradicionalmente ambientada durante las guerras entre Venecia y Turquía en la segunda mitad del siglo XVI, tendrá lugar alrededor de la década de 1860, durante la Guerra Civil.

“Esto lo hace menos eliminado”, dijo Lavour Addison, quien interpreta a Otelo. “Cuando pienso en ‘Otelo’, está en algún lugar del extranjero, pero tenerlo en Estados Unidos, arraigado donde está, lo hace más conmovedor y más real”.

El espectáculo se inaugura el jueves y se extenderá hasta el 19 de mayo en Ent Center for the Arts.

Darle la vuelta a una obra no es inusual para el director Mikael Burke, radicado en Chicago, quien está haciendo su debut en Theatreworks. Antes de “Otelo”, dirigió una versión abreviada de “Romeo y Julieta” de Shakespeare ambientada en la década de 1980 que se basaba en las películas de John Hughes, conocido por “Sixteen Candles”, “The Breakfast Club” y otras.

“Hay algo que encuentro fascinante en dejarlo (a Shakespeare) en mundos que conocemos y ver lo que descubrimos”, dijo Burke.

En “Otelo”, el personaje principal es un general negro que recientemente se casó con Desdemona. Nombra a Cassio y no a Iago como su principal lugarteniente, lo que no le sienta bien a Iago, por decirlo a la ligera. El villano de la obra trama la caída de Otelo manipulándolo para que crea que su nueva novia y su nuevo capitán están teniendo una aventura candente, avivando así el fuego de los celos furiosos en el general.

“Lo que compartimos es que es apasionado, romántico y un amante”, dijo Addison sobre su personaje. “No le pedirá a nadie que haga algo que él mismo no haría. No es un hipócrita, pero también, según sus palabras, es alguien que amó no sabiamente, sino demasiado bien”.

Para Burke, abordar la obra significó intentar responder a la pregunta de por qué seguimos tan interesados ​​en esta obra antigua después de todo este tiempo. ¿Qué lo hace todavía relativo, presente y no resuelto?

Para él, todo se debió en gran medida a dos razones.

“¿Qué nos dice esta obra sobre la masculinidad y la relación entre la fragilidad de los hombres y los corazones de los hombres”, dijo Burke, “con la violencia que perpetran contra el resto de nosotros y cómo todos somos a menudo víctimas de una masculinidad descontenta?”.

Y el segundo es la raza y el racismo y cómo influyen en la historia.

“Siempre he tenido una relación complicada con la obra porque mi cerebro contemporáneo quiere que la obra aborde su racismo y lo destaque y lo cuestione”, dijo, “pero la obra no hace eso”.

Ambientarla durante la Guerra Civil le ayudó a desenredar la historia de una manera diferente, aunque las palabras de Shakespeare no han cambiado.

“Se trata de explorar la historia dentro del contexto del Ejército Confederado, un mundo construido sobre el racismo y alimentado por el racismo”, dijo Burke. “No es tanto una obra sobre el racismo como el racismo como característica”.

Y el constante interés por la obra también se reduce a las emociones que todos tenemos en común, aunque ojalá no nos dejemos llevar por ellas como lo hicieron Yago y Otelo.

“Es una advertencia. Esta es una obra que trata principalmente sobre personas muy humanas y con muchos defectos que sucumben a esas cosas tan humanas que hacen que estar vivo sea difícil”, dijo Burke. “Cada uno de nosotros lucha cada día contra la tentación, por ceder a la bajeza, por negarnos a movernos por el mundo con gracia y posibilidades. Esta obra es el mejor ejemplo de lo que podemos perder si no tenemos cuidado con dónde guardamos nuestros corazones”.

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